Desde la época de la Conquista y a lo largo de la
historia, Bogotá ha sido una ciudad que se ha desarrollado con lugares diversos,
resultado de las múltiples mezclas de razas y las constantes migraciones de
todas las regiones del país.
Durante siglos la propiedad de la tierra en la
capital estuvo concentrada en muy pocas manos y al pasar de los días con la
desaparición de los indígenas y las
constantes migraciones, iniciadas por la violencia en el campo, se generó el
crecimiento desordenado de la ciudad, haciendo que estas familias buscaran su
refugio en zonas cercanas en donde la mayoría de espacio estaba rodeado de ríos,
humedales, quebradas, etc.
Fue en 1958 que la urbanizadora Ospina y CIA., inició la venta de lotes del sector denominado “La Laguna”, que comprendía entre la Escuela General Santander y la carrera 51. El nuevo barrio se encontraba ubicado en la parte alta de los humedales y lagunas del río Tunjuelito ya que para esa época en las zonas aledañas al nuevo barrio, no inundables, se cultivaba trigo y cebada.
Fue en 1958 que la urbanizadora Ospina y CIA., inició la venta de lotes del sector denominado “La Laguna”, que comprendía entre la Escuela General Santander y la carrera 51. El nuevo barrio se encontraba ubicado en la parte alta de los humedales y lagunas del río Tunjuelito ya que para esa época en las zonas aledañas al nuevo barrio, no inundables, se cultivaba trigo y cebada.
El nuevo acuerdo representaba un proyecto en el que
se vendían los lotes a créditos de dos años y el propietario realizaba la construcción
de su vivienda. A diferencia de muchos de sus vecinos “La Laguna”, se inició
como un barrio legalizado, el único requerimiento que se pedía para aprobar el crédito
era demostrar que tenían ingresos fijos.
Como se trataba de una urbanización que nació
legalizada, la urbanizadora Ospina y CIA., dejó instaladas las redes, y permitió el acceso a los servicios
domiciliarios, el primer servicio que recibieron fue el agua y el servicio de
luz.
Los primeros en habitar el barrio muy pronto se
reunieron para definir el nombre y tras estudiar varias opciones, deciden colocarle
el nombre de Venecia, por encontrarse tan cerca del río Tunjuelito y sus
humedales, y por que en ocasiones pasadas el barrio había sido inundado por su
gran cantidad de arroyos y humedales haciendo que saliera un titular en el periódico
que comparaba el hasta entonces barrio “La laguna” con “Venecia”, esta decisión
fue comunicada al vaticano y la respuesta fue acertada, el nombre es dado en
honor al papa XXIII, que fue vicario de la ciudad Veneciana.
Las industrias vecinas representaron fuente de
progreso, ya que la presión que ejercieron los industriales del sector,
permitió muy pronto la ampliación de la autopista Sur, El transporte público
cubrió rápidamente rutas al barrio gracias a la malla vial, que iba conectada con el centro de
la ciudad, permitiendo el amplio cruce de personas y volviendo al barrio un
sector comercial.
En sólo diez años el Barrio Venecia se consolida y
cuenta con equipamiento urbano: la sede de Acción Comunal, el Centro de Salud,
El colegio Cooperativo y varias parroquias a sus alrededores. Todos ellos construidos
en lotes donados por la urbanizadora y dos más donados por la Lotería de
Bogotá, donde funciona el Centro de Salud.
Es en 1968 que se anuncia que el barrio Venecia ha
sido escogido por el Papa Pablo VI, para oficiar una misa en la parroquia de
Santa Lucía, por ser éste un barrio popular y contar con vías de fácil acceso
como la avenida 68 que comunica con la Autopista Sur.
La visita de su Santidad,
era la primera que se realizaba por un jerarca de la iglesia a un país
Latinoamericano.Finalmente el 24 de agosto de 1968, el Papa Pablo
VI, Oficia misa a las 8 de la mañana y el Barrio Venecia es conocido a nivel
nacional e internacional.Como en sus inicios Venecia siempre ha sido emporio
de desarrollo, hoy en día reconocido por su tradición comercial, en la que
encontramos desde un tornillo hasta sofisticados aparatos de comunicación, con
reforma urbanística gracias a la Troncal de Transmilenio NQS.
Lo que inició
como un experimento de laboratorio urbanístico, ha demostrado con el tiempo que
cuando se inician urbanizaciones, conforme a una legalidad y a una previa
planificación, logra desarrollos urbanos que permiten a sus habitantes crecer
día a día.
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